Además en nuestro caso no compramos las blondas, ya que, mi yaya de toda la vida ha cosido mucho, y un día descubrí en su casa esta caja:
Llena llena de blondas, algunas muy antiguas, de diferentes colores, muy anchas, muy estrechitas, algunas incluso de cuando mi padre era pequeño!
La cajita la descubrí antes de saber ni si quiera que este año nos íbamos a casar! Así que lo primero que hice fueron manualidades para casa: los tarritos y botellas decorados con blondas que os he enseñado en el blog.
Pero en cuanto decidimos casarnos y empezamos a buscar ideas para las invitaciones volví a pedirle prestada la caja a mi yaya. :)
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