Para hacerlo necesitaremos:
- Unas 3/4 patatas (realmente, es a vuestro gusto)
- Perejil fresco
- Un diente de ajo
- Vinagre
- Aceite
- Sal y pimienta
Lo primero que haremos es precalentar el horno a 180º. Lo siguiente es pelar y lavar las patatas. Una vez así, las cortamos en láminas finas, cuanto más lo sean, más crujientes estarán. Las ponemos en la fuente del horno, pero primero echamos una pequeña capa de aceite que esparciremos por toda la superficie.
Disponemos las patatas encima y las salpimentamos. Echamos un pelín de aceite por encima para que estén bien bañadas en este. Las metemos en el horno, controlando la cocción. Cuando los bordes se estén poniendo de un color más oscuro es el momento de sacarlo.
Mientras están en el horno, en un mortero, echamos el perejil fresco picado, un diente de ajo picado también, una cucharada de vinagre y un chorrito de aceite.
Cuando las patatas estén casi echas, lo rociamos por encima y lo dejamos unos 5 minutos más, u listo!
Es una receta rápida y fácil y la verdad, está muy buena! Espero que os guste y nos vemos la semana que viene! :)
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